Mi esposa consigue amante de panta (1)
Mi esposa consigue amante de planta cap 1
El cortejo
Después de un par de experiencias cuckold muy ricas y morbosas dónde fajaron y cogieron a mi esposa en mi carro en el asiento trasero y que disfrutamos sin tabúes ni limitaciones en dos distintos momentos. y que por cierto estás experiencias, trajeron una mejoría en nuestra intimidad, y aportaron un morbo exacerbado a nuestra sexualidad. Nuestra comunicación mejoró sustancialmente y comenzamos. A Vivir Más abiertamente nuestra sexualidad en pareja.
Mi esposa sabía que tenía mi consentimiento y aceptación, si alguien fuera del ambiente le tiraba la onda.
Expresamente le dije: –amor si donde andas o donde trabajas, alguien te tira la onda y a ti te gusta avientate tienes carta abierta, ya sabes que me encanta que te chuleen y te deseen, así que ya sabes eres libre de comerte al que te guste. sabes que me encanta lo que hemos hecho y quiero que tengas más experiencias con otros hombres.–
Mi amada, está en los treinta, es madre de dos hermosos hijos adolescentes. Mantiene una figura exquisita, unas piernas trabajadas por el gym, pechos muy suculentos y un encanto único. Su porte de señora y su figura exquisita, son dos cosas que resaltan a dónde quiera que va. con esos ricos vestidos no tan cortos pero que se ajustan riquísimo a su figura, o cuando va por el barrio con sus leggins y ropa deportiva que marcan sus frondosas caderas mismas que menea muy rico al caminar.
Yo sé que más de uno la mira, y la desea.
con las primeras experiencias cuckold, ella se siente mucho más sensual y segura.
Fue ese encanto y carisma, el que llamó la atención de un chico en el barrio.
Un chavo que trabaja en una carnicería cerca de casa, el chico no disimulaba las miradas, y sus atenciones con mi esposa.
era muy amable con ella y además le coqueteaba. Mi esposa, primero, como la dama que es, solo respondía educadamente. pero a decir verdad el chico si le parecía atractivo, es un hombre joven, güero y bien parecido, yo lo úbico por su trabajo de carnicero. Mi esposa con toda la confianza del mundo, me contó que el chico en cuestión le coqueteaba cada vez que ella acudía al local en busca de alguna carne. "Siempre me atiende muy amable, y me doy cuenta que le gustó" -me decía mi esposa - ¿Amor, a ti te gusta ?...pues si, me llama la atención, es guapo y está chavito. Me decía ella – Pues entonces vas amor dale entrada, a ver qué pasa, fue mi respuesta-- pasó un tiempo y un día que regresaba del mandado;me dijo ¿qué crees? Cuando salí de la carnicería, el chavo me alcanzó y me dijo que si le regalaba un minuto, le pregunté que para que, y me dijo que por qué quería ser mi amigo, y que si le daba mi número de celular. Yo le respondí que estoy casada, y que no quería problemas, él respondió que era solo como amigos. Platicamos un rato y terminé dándole mi número. Ok amor, vamos a ver si te escribe y a ver que dice! esperando que se diera un juego entre mi esposa y el chavo.
El cuento es que comenzaron a mensajearse de manera recurrente, ella, me mantenía al tanto de todo, yo sabía que el chico si le gustaba, así que era cuestión de tiempo para que se diera algo. Ella tenía todo mi consentimiento para hacer lo que guste con el chico. La idea me exitaba Mucho. Ya sus pláticas iban avanzadas, y yo la animaba para que se viera con él en algún momento.
Un día, que estábamos en casa viendo algún programa en familia, ella chateaba en su celular y me llamó a la habitación. -Me dijo; dice que quiere verme un rato, por aquí cerca, ¿Tu que dices? Mi respuesta fue, si quieres ir ve amor sabes que no tengo problema.- si quiero ir! la verdad me gusta el chavo. Pues entonces ve, sal con el pretexto que vas a la tienda yo me quedo con los niños.
Ese día, andaba en casa con unos leggins que le quedan super justos y marcan sus talles de manera muy sensual, además de marcar perfectamente el sexi cachetero de encaje que ella traía puesto, rápidamente salió y dijo voy a la tienda ahorita vengo…
Yo, me quedé en el sillón con mis hijos, pero mi mente se fue con ella, solo imaginaba lo que podía pasar ya tenía una erección, pasaron los minutos, y después de 15 o 20 mins, mi mujer apareció nuevamente con las cosas que había traído de la tienda, y su miradita pícara me dijo que algo rico había pasado. Pero teníamos que esperar un momento para estar a solas. Después de un rato, nos fuimos a la habitación y acostados le dije; cuéntame cómo te fue!
Pues, lo ví aquí adelante, me subí a su carro y nos fuimos a una privada que está a dos calles, platicamos, me dijo que le gustaba mucho, y que quiere algo conmigo. De las palabras pasamos a los besos, y él me tocó todo, por encima de la ropa, no pasó nada más por qué aún no quise, pero me fajo rico. Estuvo rico el faje pero solo calentó el boiler, -me decía- mientras me acercaba ella y besaba sus labios, entre besos la despoje de su ropa, y le hacía el amor mientras le preguntaba si se lo quería coger, ella me decía que sí, que si se lo iba a coger, y yo le decía como te lo vas a coger y ella me respondía deciendome las poses con las que se lo cogería. Ese juego es por demás erótico y exitante, ahí quedó el primer faje.
Ellos seguían en contacto, con charlas calientes, enviándole fotos y cosas ricas. El segundo acercamiento, fue otra noche pero está vez yo estaba en el trabajo, cuando de repente me mandó ella un WhatsApp para decirme que su amigo quería verla de nuevo y que si le daba chance de ir a verlo un rato, me exito mucho la idea de dejarla ir otra vez, así que le dije, que si ella quería, que fuera por mi no hay problema, pero que quería escuchar, así que le hice una llamada y le pedí que bloqueará el celular, y de esa forma escuchar yo podría oírlo todo.
Salió con el mismo pretexto de ir a la tienda, pero está vez, se llevó un mayon un poquito más suelto y una blusa que permitiera que el metiera mano. Fue nuevamente a su encuentro, escuché cuando se subió a su coche y también lo que hablaban, él no dejaba de decirle lo que lo mucho que le gusta y lo rica que se ve siempre. De las palabras pasaron a los besos y los jadeos, aquello era una melodía erótica que entraba por mis oído y se iba directo al cerebro dónde resonaban y creaban las imágenes de su encuentro. Me contó mi mujer, que él se la llevó nuevamente a la privadita oscura y que ahí, la comenzó a besar y acariciar, le saco sus tetas y se las mamo, y beso con mucha pasión, por eso es que se oían los jadeos de los dos.
El le decía lo suculentas que tiene sus tetas, le bajó tantito el mayon y le acariciaba el clítoris muy rico y ella se excitó al sentir esas caricias tan ardientes. Mi esposa, hizo lo propio y sus manos comenzaron a acariciar el cuerpo del chico. Dice mi esposa - "agarró mi mano y la puso por encima de su miembro, y lo sentí grande y grueso por debajo de la tela de su short. Así que se lo saqué"- escuché por medio de la llamada cuando él le dijo ¡CHUPALO! Ella respondió agachándose y dándole una mamada riquísima, la cual yo podía oír por medio de la llamada, no saben lo exitante que es escuchar los sonidos del sexo oral, oír el glup, glup, glub de la boca de mi mujer, saboreando la verga del chico, escuché que el gemia y gemía, le decía que rico la chupas mami y seguía gimiendo. De pronto escuché un gemido muy fuerte del chico y supe que se había venido, pero, tenía duda si lo había hecho en la boquita de mi esposa.
Solo escuché que terminaron y él la fue a dejar cerca de casa, ya por mensaje de texto mi esposa me confirmó que se puso a Marcela y que el chico lo disfruto mucho y le decía que nadie se la había mamado así, que le temblaban las piernas y que gemía mucho, y que al final, el si se vino en su boquita, y que ella se tuvo que tragar su semen…no tienen idea del morbo que me causó esa llamada escuchar todo y saber que mi mujer se la estaba chupando a otro hombre a unas cuadras de casa, mientras yo estoy en el trabajo me causó una excitación llena de morbo y adrenalina. Cuando fui al baño a jalarmela, tenía el pene súper escurrido y me masturbe como loco, sabiendo que mi mujer comió semen de su nuevo amante.
Al siguiente día en la noche le pedí que me contara todo otra vez con lujo de detalles y terminamos cogiendo riquísimo nuevamente.
Fin de la parte uno.
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